2 de septiembre de 2014

La última celeridad



... "Pero he aquí que de pronto llega la muerte; rápida o morosa un buen día se nos mete en el alma, ordena nuestro cuerpo, toma medidas, resuelve.
Viene un día, al fin: urgida, urgente. Todo tiene que hacerse en el acto, la liquidación actúa, la conclusión -súbita- se desploma. Entonces no tenemos tiempo de nada, y toda nuestra lentitud rompe en esta prisa descabellada; no pasa un minuto, no hay espera: ya estamos alargados y cerrados entre las cuatro paredes últimas, cegados en nuestra amable lentitud por la última, la ajena, la impersuadible, la definitiva celeridad".

autor:  Eduardo Mallea.