21 de enero de 2016

si, si, si, llevo un montón sin llamar a éste buzón donde he ido, donde voy, dejando "entrañas" que siguen recordando, a veces con dolor, a veces con cierta alegría, nuestros días terrenales juntos, querido Marcos.

Hoy un poema de la buena amiga Sagrario Núñez dedicado a Federico García Lorca, mejor dicho a la MADRE de Federico y su lucha para conseguir el cuerpo de su hijo...


- Gracias Sagrario por tu Amistad y tu buen hacer que siempre estas dispuesta a compartir y regalar. Eres... ...


PUDO  SER  QUE  ASÍ  FUERA.

La luna pincel de plata, pinta en las sábanas blancas
la trágica noche negra, la trágica noche amarga.
La luna dibuja lirios, crisantemos morados
rojas clavelinas, genista y mandrágora.

Tijeritas de plata podan en las ramas verdes,
verdes corazones, verde albahaca,
trenchas de olivo, trigo verde.
¡Dejad los tallos verdes sobre las sábanas!

Gime la matriz del tallo; ¡dejadme llorar a mi hijo,
dejadme a llorar a solas, ya que morir no puedo!
Con agujas de templado acero cosan deprisa su mortaja
en ella envolvedlo y traedlo a mis brazos, ¡a su casa!

Que lo meza y lo acune, que lo lave y santigüe,
que  sus caracolillos peine, que le cante una nana,
que de mi casa no salga..., p`a nadie, ¡p`a nadie!
¡Han desvivido a mí hijo traedlo junto a su madre!

Recogedlo, que está sólo en un hirsuto barranco
sobre la tierra desnuda. Levantadlo con cuidado
es etéreo; en extremo  delicado..!  y miedoso,
friolero y soñador ¡naranja entera!

Para él ya no es agosto y ya nunca será de día.
Es de noche, y tendrá frío. ¡Con las uñas y los dientes
con la soledad nocturna con los cuchillos de luna
con el miedo y el frío, abriré para ti una fosa.

Y en ella, ¡hijo mío! plantaré junto a tu corazón
 un limonero,  un granado y un rosal amarillo.
Juro, que tus huesos no serán de nadie, de nadie...
¡De nadie!

Llevo el dolor a cuestas y el llanto amargo
¡corazón mío, alma mía, de haberte perdido!
Llenad la bolsa con el pago de vuestro dueño
por la ignominia de vuestro horrendo crimen.

mercenarios de la envidia, matarifes de la Libertad
¡compro el cuerpo de mi hijo!
No importa, ¡no! si un mundo me cuesta
¡es mi hijo! y mi hijo lo vale.

Pónganle precio a mi vida al aire que respiro.
¡A mi sangre! a los huertos, a los olivos, a los caballos...
¡Y llenen, llenen su alforjas de monedas!
Judas Escariotes,  ¡asesinos!

Apunta la madrugada están mudos los perros,
en silencio las espuelas un caballo y su jinete
por la angosta senda cargan un haz de sábana blanca,
sudario del corazón roto de un poeta desvivido.

En los ribazos sangran las amapolas del martirio
en el aire se encadenan y mueren mudos los sollozos
dedos temblorosos detienen el azabache en los rosarios.
En el azarbe cercano se escucha llorar al agua.

¡Mi hijo, alma mía! ayer vida, risa y canto
hoy  alimento de la hierba ya es espuma blanca.
Viaja sin miedo a la noche  por los claros correntales,
hacia las altas barandas.
                                      
Sagrario Núñez.