y quién te iba a decir que los gritos acabarían siendo
poemas.
Que la vida te daría tanto para escribir,
y te arrancaría de cuajo la sangre de tu sangre.
Que tu voz llegaría tan lejos,
y que tus lágrimas formarían un río por el que navegar.
(Texto en extracto de un poema de Rafael Arias, completo AQUI)
*Gracias
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