Guapeton-cete:
El año pasado, en el día de los enamorados, habías quedado para cenar, eran las diez menos cinco de la noche y todavía andabas en casa, pegado al Pc, y de forma sútil, con tu gracejo, como el que no quiere la cosa y con mas morro que "verguenza"... me dijiste:
- Quieres hacer la buena obra del día ? todavía estás a tiempo.
(me hice el sordo)
- Venga no te hagas el remolón, podías acercarme con el coche al metro, sé que estás desesando. ¿Que otra cosa mejor vas a poder hacer?. Venga no te engañes, sabes que estás deseando.
Tu morramen irrisorio, irónico y sarcástico, siempre me sedujo. Accedí.
Como se intuía, el "acercamiento" al metro se convirtió en:
- La verdad que mover el coche para solo subirme al metro... ...
- Ya que estamos, venga dejame en ... ...
Atravesamos pasos subterraneos, grandes avenidas, hasta en dirección contraria (por acerte caso)
Más risitas. Ves que bien te viene salir a casa a estas horas... estabas en el sofa aburrido, confiesalo.
- El caso que si bajamos por Capitán Haya... ... que mas te da a tí... ...
- Te veo animaó, venga girá por esta y ya estamos en Orense, ya te digo yo donde esta el Restaurante y me dejas enfrente.
Te llevé hasta la puertita del restaurante donde, sin duda, tu enamorada esperaba hacía rato.
Antes de cerrar la puerta del coche te detuviste, buscaste mi mirada y pronunciaste un gracias, que como ves todavía resuena y añoro.
¿donde quieres que te lleve esta noche?
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