6 de marzo de 2009

Goethe "Dejadme..." ser joven eternamente.


cuanto te añoro cabroncete... Dejadme...
Dejadme hasta que en ángel me convierta;
dejadme así en mi blanca vestidura.
Partiré presto de la bella tierra
para caer en la mansión obscura.
Allí descansaré breves momentos;
luego abriré la cándida mirada;
junto con la cintura y la corona
dejaré mi envoltura inmaculada.
Poco importa a los seres celestiales
que hombre sea el que acojan o mujer;
ningún velo, ninguna vestidura
al cuerpo luminoso ha de envolver.
Aunque en verdad vivía sin desvelos,
sentía un dolor hondo en mi alma ardiente.
¡Temprano mi penar envejecióme!
¡joven sea otra vez, eternamente!


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