Empiezan a caer del calendario fechas que, sin retorno, hace un año marcaron para siempre.
Recuerdo tu sms en el día del padre, andabas por las Marbellas.
Tu tos, tu sonrisa siempre fresca, tus móviles en frenético ajetreo, tus guasones comentarios a todo y también tus cortantes contestaciones en busca de independencia e intimidad, etc. etc. se han transformado en un -mágico eco- de tu esencia que resuena en el silencio de casa y no importa la hora que sea para poder oírte.
Un año... quien lo diría
y todavía seguimos recibiendo maravillosos abrazos, sin palabras, todo cariño. Miradas quebradas por el dolor de las que solo pueden brotar lágrimas, sin cauce, sin obligaciones, sentidas en decenas de entrañas de amigos conocidos, constantes, sabidos y también de amigos por conocer, pero que irremediablemente ya forman parte de nuestro sentir, de nuestro dolor, de nuestras vidas. Gracias.
Feliz primavera ( capullín )
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