Pensé, que durante estas fechas que nos asfixian (recuerdos con vencimiento), re-vivir, en el blog, los hechos y aconteceres que metódicamente golpean en nuestras mentes y mas profundamente en el alma (falsos diagnósticos, resultados contundentes, tu llamada desde el hospital, venid esto es grave (tras oponerte a que te acompañáramos), urgente preparación de biopsia, ficha clínica, planificar la “temporada de las terrazas” pues veías que a las discos con tanto humo ya no...., tu constante contacto con los amigos antes de la intervención, tu mensaje en tuenti, de ese mismo día, que sigue y seguirá plasmado junto a tu nombre: Marcos esta… “pensando en la suerte”, aquella resistencia –rebelde- para que la pastillita del adormecimiento pre-anestesia no hiciera su efecto y finalmente tu deseo de nada mas volver a la habitación ponerte en contacto con “tus gentes”...
Tu imagen sonriente desapareciendo por el pasillo del hospital, quizás de la existencia consciente, con tu pulgar levantado y tu sonrisotta perdura y puede más que las intensas e impactantes de los quince días que estuvimos rodeados de tubos, monitores y personal sanitario que nos miraban con compasión, como conocedores de un final injusto, aún recuerdo el movimiento de tus aletas de la nariz cuando te decía -abre los ojos-, una y otra vez, tras un par de días desde el intento de la primera biopsia. Sí feo te ví moverlos aunque los parpados pesaron mucho, esta vez, Champi verdad ?, este dato al igual que reconocer a mamá cuando volviste del quirófano, con tus ojos cerrados, me hace constatar que, durante un par de días, al menos, pudiste volver a “sentir”, a sabernos cerca; jamás pensé que te podría –abrazar- tanto (sirviéndome de tus brazos) , sentir tu pecho con la palma de mi mano que se olvidaba de separarse y ungir tu frente en un intento de transmitirte energía, fuerzas, que se yo…
Pero apoyado e inspirado, una vez mas, en la luz de tu mirada anunciando un nuevo día, el viento que silva y nos trae y arrebata tus-nuestros recuerdos, las sonrisas que evocan tu memoria, aquellos abrazos buscando el compartir el dolor de tu muerte y el injustificado palpitar que nos empuja inconscientemente a seguir viviendo, he decidido no evocar los pasos de tu –sedado- Vía Crucis que nos llevó a tu cruel desenlace.
Seguiremos “dando lo que podamos”, “darlo todo” queda ya muy lejos, saboreando la vida a pequeños sorbos desde el sabernos “ladrones de días” para terminar, sin remedio, muertos, pues no hay vida sin muerte, y ya al nacer comenzamos a morir.
Seguiremos, desde aquí, ofreciendo cantos de vida y alegría, recuerdos, nostalgias, retazos de amistad, amor, huellas de nuestro existir sin ti, e irremediablemente seguiremos bailando con esta puta y desagradecida novia que es la muerte.
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1 comentario:
El bello completamente de punta.
Nuevamente increible, Félix.
Mucho ánimo.
Y muchos besos.
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