6 de diciembre de 2009

Tengo Prisa

Desde que te marchaste siento como el tiempo para logros materiales, integración laboral y otras memeces materiales, desaparece, se esfuma.
Ahora solo (que lo es todo) queda el refugio de lo esencial: amor, salud, un puñado de amigos, atardeceres, una luna, el mar insaciable y quizás todavía alguna sonrisa.

Y como dice el texto: "Tengo Prisa"

“ Tengo Prisa ”
EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS

“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...

Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no servirán para nada.

Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.

No tolero a trepas y pelotas.

Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los demás para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Detesto, si soy testigo, los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Mi tiempo es escaso como para discutir nombramientos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa.... Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas….

Gente a quien los golpes duros de la vida le enseñó a crecer con toques suaves en el alma. Sí, tengo prisa, pero por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.

Pretendo no desperdiciar parte alguna, de las golosinas que me quedan…

Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera, llegarás..."

Autor: Mario de Andrade

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