
... Pero, sobre todo, dejadme con la luz blanca,
que es la que abrasa y derrota a los hombres heridos, a los días tensos, a las ideas como cuchillos.
Ser como olivo o estanque
Que alguien me tenga en su mano como a un puñado de sal.
O de luz.
Cerrar los ojos en el silencio del aroma para que el corazón ,
-al fin-, pueda ver.
Cerrar los ojos para que el amor crezca en mí.
Dejadme compartiendo el silencio y la soledad de los porches,
la hospitalidad de las puertas abiertas; dejadme
con el plenilunio de los ruiseñores de junio,
que guardan el temblor del agua en las últimas fuentes.
Dejadme con la libertad que se pierde
en los labios de una mujer.
Autor: Antonio Colinas
"libro de la mansedumbre"
1 comentario:
Sigue la dirección de tu dicha mas profunda, sin miedo y se te abrirán puertas allí donde creías que no existían.
Mitos,sueños y religión de Joseph Campbell
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