4 de junio de 2009

La muerte y otras sorpresas.


Marcos, mamá, mas que una persona-lectora se ha convertido en una ratón de biblioteca, siendo habitual (sin descuidar todas sus multi-funciones diarias) verla pegada a esos artilugios que gracias al bueno de Gutenberg han podido llegar a manos de todos. (entre nosotros... creo que domina el difícil arte de la lectura en diagonal)

Ambar-59 (te acuerdas del nick ?) esta haciendo trabajar al gremio de los bibliotecarios a marchas forzadas (actitud poco usual entre bibliotecarios, pues, como es sabido, leemos menos que poco).

Como homenaje y reconocimiento del gran autor Mario Benedetti, fallecido hace unos días, nos invita a leer este peculiar texto, pulido con la tilde del dolor que nos abraza diariamente desde tu partida, una y mil veces gracias
Amparo.

"Te descuidaste mucho…

… Había que ser honesto, sin embargo, y reconocer de antemano que allí iba a ser menos egoísta, mas increíblemente generoso, porque si se destrozaba en ese pensamiento (y seguramente se iba a destrozar) no sería pensando en sí mismo sino en ellos, o por lo menos más en ellos que en sí mismo, más en la novata tristeza que los acechaba que en la propia y veterana noción de quedarse sin ellos.

Sin ellos, bah, sin nadie, sin nada.
Sin los padres, hermana, amigos…
Pero también sin el sol, este sol;
sin esas nubes flacas, esmirriadas,
sin la rutina (bendita, querida, dulce, afrodisíaca, abrigada, perfecta rutina)
sin los vértigos dulzones que sobrevienen al mirar el mar y sobre todo al mirar el cielo;
sin esta gente apurada, feliz porque no sabe nada de sí misma, que corre a mentirse, a asegurar su butaca en la eternidad o a comentar el encantador heroísmo de los otros;
sin el descanso como bálsamo;
sin los libros como borrachera;
sin el alcohol como resorte;
sin el sueño como muerte;
sin la vida como vigilia;
sin la vida simplemente….

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