31 de enero de 2012

...nuestros fugitivos


Se nos van yendo y yendo, lentamente,
en un éxodo gris y enmudecido,
hermanos ya de todas las espigas,
inquilinos eternos
de las inciertas noches del asombro.

¡Que granizo nos deja en la memoria
su horizontalidad imperturbable,
su ternura hecha hielo,
sus pupilas por siempre encarcelando
inhóspitas praderas!

Se nos van yendo y yendo, lentamente,
como un río de lava que avanzara
hacia ignorados mares,
resumiendo en ceniza los senderos
que antaño florecieran con sus voces.
Son nuestros fugitivos, los ajenos
al tiempo y al espacio,
huéspedes somnolientos de la nada.

De su antiguo calor tan solo queda
un puñado de lívidos recuerdos
y una oscura orfandad que nos ofrece
su imagen hecha estrella en cielos lejanísimos.

Se nos van yendo y yendo, lentamente,
en un exilio ausente de esperanza,
y en nuestro pecho ya no cabe el llanto,
y es mas hondo el silencio cada día,
y más indiferentes respiramos
el aire azul de nuestras madrugadas.

Su marcha hace que crezcan los otoños
En nuestras biografías malheridas:
poco a poco sus nieblas nos sumergen
en una inevitable y densa soledad…

(De “Cuaderno de los acercamientos”)
Autor: Antonio Porpetta.

1 comentario:

amparo dijo...

Hoy ha salido un libro "De que se arrepiente la gente antes de morir?
y la deducción de la autora, después de años con terminales es
"ME HUBIERA GUSTADO SER MAS FELIZ"
Yo creo que Marcos lo consiguió sin proponérselo. Te queremos hijo.

Mamá