20 de julio de 2009

bailando con la muerte.

En tiempos escolares nos inculcaron, como Mandamiento Divino, "no ponunciarás el nombre de Dios en vano".
De Ella no nos dijeron nada.
En Hilvanando Infinitos llegué a bailar lentamente con Ella, intimamos demasiado.
Marcos, a veces, pienso que tu muerte ha sido una venganza, quizás, un castigo por no obedecer los mandatos de la verdadera Diosa, de la verdadera Luz.
Entre recortes de prensa, apuntes, observaciones, parrafos de algún intento de relato, etc. etc. encuentro este esbozo que pudiera llegar a ser poema si lograse ignorar el dolor de tu injusta muerte (vengativa señora, no es güena gente, no te merece)
Y no buscaré fronteras
y no encontraré culpables
aceptaré su mandato
ya sin armas
sin escudos.
... ...
Seré tan egoista
que ni muriendo
compartiré mis visceras
con los gusanos.
... ...
Los atardeceres se acurrucan
frente a las noches en blanco
y es entonces
cuando una existencia es
simplemente una vida
tu vida
nuestra muerte.
... ...
Se precipitaron en mostrarnos la muerte
antes de poder soñar con ella
antes de saborear
los imaginarios placeres.

No hay comentarios: