14 de junio de 2010

cambié las flores por poemas ante tu tumba


Ángela Figuera Aymerich nos presta tres versos maternales para nuestro blog, gracias.

Ausencia
No estás. Pero hay un tacto delicado
sobre mi corazón. Algo caliente
y vivo aún... Como un beso por dentro.
Tus ojos sobre mí... Quizá tus labios...
Acaso un leve roce de tus dedos...

Puede que sólo sea una palabra
que me dijiste en sueño.

El hijo
No pasa el amor; no pasa...

Tu carne y mi carne, y todos
nuestros besos, y la brasa
de tus ojos en mis ojos,
y el ansia desesperada
de aquel abrazo, y el riesgo
de tu sangre en mis entrañas,
están ahí: son el hijo...

¡No pasa el amor, no pasa!...

Sueño (recuerdos de cuando eras bebé)
Dormía tan quietecito,
tan quietecito, tan quieto,
que, de pronto, me entró miedo...

Loca, me llegué a la cuna
y le acribillé de besos
hasta que me abrió los ojos
emborronados de sueños.

Anónim@ nos entrega:

DURAR
Yo pasaré y apenas habré sido
frágil destino de mi padre arcilla
Hijo, cuando yo no exista,
tu serás mi carne, viva
verso, cuando yo no hable
tú, mi palabra inextinta.

(gracias)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro poema de la autora :

DURAR

Yo pasaré y apenas habré sido
frágil destino de mi padre arcilla

Hijo, cuando yo no exista,
tu serás mi carne, viva
verso, cuando yo no hable
tú, mi palabra inextinta.

Deyanira dijo...

¡Qué hermosos poemas! Mil gracias por compartirlos.

Henry Marfrafe dijo...

la -gracia- es comprobar que no son lanzados al vacío, que sigue existiendo gente sensible que necesita diariamente su dosis de: recuerdo, poesía, cariño, en conclusión de verdadera -vida-.
Yo soy el agradecido, Félix