17 de abril de 2010

que la lluvía no detenga a la poesía

dando las últimas pinceladas al III Paseo Poético de cuarentones.org, que mucho me temo va a estar muy, muy, pasado por agua, Madrid es un charco, resuelvo en dos versos (dos Rosas) del autodidacta y ejemplarizante literato don Ramón María del Valle Inclán:

ROSA DE JOB

¡Todo hacia la muerte avanza
de concierto,
toda la vida es mudanza
hasta ser muerto!

¡Quién vio por tierra rodado
el almenar,
y tan alto levantado
el muladar!

¡Mi existir se cambia y muda
todo entero,
como árbol que se desnuda
en el Enero!

¡Fueron mis goces auroras
de alegrías,
más fugaces que las horas
de los días!

¡Y más que la lanzadera
en el telar,
y la alondra, tan ligera
en el volar!

¡Alma, en tu recinto acoge
al dolor,
como la espiga en la troje
el labrador!

¡Levántate, corazón,
que estás muerto!
¡Esqueleto de león
en el desierto!

¡Pide a la muerte posada,
peregrino,
como espiga que granada
va al molino!

¡La vida!... Polvo en el viento
volador.
¡Sólo no muda el cimiento
del dolor!


ROSA DESHOJADA

Alto y triste el cielo,
viento tardecino,
campana, mochuelo
y luna en hocino...

¿Por qué de la vida?
¿Qué fin truje a ella?
¿Qué senda perdida
labré con mi huella?

¡Adiós ilusiones!
Ya logran mis años
las quietas razones
de los desengaños.

Perecen las glorias,
se apagan los días,
quedan por memorias
las cenizas frías.

De aquel ardimiento
ni aun ceniza queda,
se la lleva el viento,
viento y polvareda.

Viento entre las mieses,
croar de las ranas,
callados cipreses
y luces livianas.

Nocherniegas cruces,
nocherniega vía,
nocherniegas luces,
del último día.

Alto y triste el cielo,
viento tardecino,
campana, mochuelo
y luna en hocino....


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