7 de diciembre de 2011

Segunda & Tercera mano


Si visitas, algún día, uno de estos museos modernos del consumo y el capitalismo, sé fuerte.
No caigas en nostalgias románticas y bobas, ni mucho menos te arrugues al constatar el inexorable paso del tiempo.
Quizás ocurra que observes docenas de objetos entrañables con los que soñaste o quizás aún guardas alguno de ellos con recelo en casa:
camaras fotográficas de carrete, plumas estilográficas, máquinas de escribir, magnetófonos de bobina abierta o de casette, libros, un Ibertren, el cine exin, guitarras eléctricas espetando tu punteo roquero, que se yo... Tu vida pasada completa reunida en varios "trastos" que al día de la fecha nadie quiere, como mucho algún chiflado estará dispuesto a desprenderse de unas monedas (no muchas) en un intento de volver a un pasado que no pudo "comprar", que no llegó a disfrutar.
Lo peor es cuando al contemplar esos objetos, vemos reflajados en ellos a seres queridos: momentos familiares, amigos perdidos para siempre, gentes que ya no están con nosotros, que marcharon o que nosotros mismos "depositamos" en los anaqueles de cristal de nuestra memoria selectiva con la etiqueta de Liquidación y a precio de Oferta.

No hay comentarios: