30 de julio de 2008

el hijo y el padre (ya, tres meses de ausencia)

Cuando toda creencia se tambalea la existencia se hace aspera, hueca, sin sentido. Recuerdo los días de catecismo y misa los domingos en las infancias pasadas...
frases como "Dios premia a los buenos y castiga a los malos", después nos dijeron que ese dios no castiga a nadie... pero eso no significa que sea justo, ni siquiera que exista.

"Y, levantándose, partió hacia el padre" (Lucas 15, 20)

¡Hijo mío,
tanto tiempo!
¡Cuanta espera!
Tú sin rumbo;
Yo, con pena.
tu tan lejos;
yo tan cerca.
Tú sin padre;
yo, a tu vera.

Cuantas noches
- duermevela
corazón -
paso enteras,
encendiendo las estrellas,
por si vienes,
por si llegas...
oteando
las fronteras, si llegara,
si viniera ...,
de repente
de la niebla
de la nieve,
tu silueta.

Tengo todo
si te quedas.
Con que estés
ya de vuelta.
Con que estés
y te vea.

Con que entres
y te tenga
¡Ay tesoros!
¡Ay riquezas!

Hijo amado,
mi perfecta
mi más mía
complacencia

Mira, hijo
ya alborea...
Para ti
está abierta,
para siempre
nuestra puerta.
Hijo mío,
¡Pasa ...y entra!

Francisco Contreras Molina

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