5 de julio de 2008

Hace ya unos cuantos añitos me escribiste para mi cumpleaños este sutil mensajito:

Hola ciber-Papa!!
Soy tu ciber-hijo y te escribo desde el ciber.espacio, ya has pasado 15 ciber-años de ciber-papa, y te quería manda un ciber-abrazo, pero nada de ciber-mariconadas de ciber-besitos. También te quería dar unas ciber-gracias por el trato dado y de nuestro ataque continuo hacia tu ciber-persona (ciber-risitas......)

Aunque nuestro ciber-Pc está como está he logrado mandarte esto...

Espero que sean muchos ciber-años más. Un ciber-saludo. Tu ciber-hijo. M ciber-markos.

Ahora, casi siete años después, es mi turno.
Querido Ciber-hijo:

Como sin querer me he convertido en ciber-albacea de Tus ciber-tesoros en forma de archivos informáticos, mailes, cientos de fotos, conversaciones y recuerdos de chat, etc. etc.No llego a comprender que Marcos, ese internauta de postín, que pasaba horas frente a los ordenadores (dos por que no había más, jajaja) y a su móviles (dos o tres en activo porque has dejado en el cajón de tu escritorio mas de 10 con su amalgama de conexiones usb, cargadores, baterías, cascos, tarjetas pin, etc. etc.) que muy celosamente giraba los monitores "como guardando su intimidad, para que no conociéramos las caras de sus amig@s, o para impedir que pudiéramos leer su mensajería, o sus multiconversaciones vía chat, aunque graciosamente estuviéramos a mas de 3 metros de las pantallas....... y ahora nos encontramos que Marquitos:

---antes de bajar a quirófano nos dejas tu reservadísimo móvil "abierto" teniendo acceso a tus mensajes (incluido el último a tus amigos mas cercanos), tus fotos, tu agenda etc. etc. etc.

---en los ordenadores lejos de utilizar sofisticadas "carpetas ocultas" cifradas con enrrevesadas contraseñas lo has dejado todo abierto de par en par, todo a la vista de cualquier ciber-aprendiz de informático, como queriendo compartir aquello que a veces teatralizabas exageradamente luchando por su confidencialidad, nunca puesta en peligro. (a 3 metros es difícil distinguir un mensaje en currier 8, jejeje)

Todos los amigos y amigas que hemos conocido con el triste motivo de tu adiós son güena, muy güena gente, que pena no haberlos compartido, aunque fuera en pequeñas dosis contigo.

Querido Valmont: tus amistades no eran peligrosas.

Conocer a Paty y a tus mas cercanos colegas y tantos y tantos amiguetes, quizás, ha sido el regalito sorpresa que celosamente guardabas para una ocasión muy especial, la dolorosa ocasión surgió con tu óbito. Quizás, sin saberlo, guardaste celosamente esos tesoritos, que como un buen vino ganan con el tiempo. A pesar de todo gracias y enhorabuena.

No hay comentarios: