4 de julio de 2008

Me duelen las risas ajenas
no entiendo de alegrías vanales
hoy no comparto Alegrías fugaces
ni siquiera la sonrisa
quimera circense de lo vivo
brillo de lo eternamente muerto.
Todo es injusto y despiadado.
El mar
remueve en sus entrañas
las lágrimas de los siglos
por nuestros muertos recientes
por los muertos del recuerdo
por los muertos de los siglos de los siglos.
Pañuelo tejido de adióses
no esperados
no elegidos
lutos sin remedio
lutos sin razón.
Partiremos a la nada absoluta
invisible estadío del tiempo
inexistente estado de las materias
donde sin sed ni esperanzas
oiremos los últimos tañidos
que nunca pensamos llegarían...
que ya jamás dejaran de sonar.

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